Los misterios del té:

La leyenda narra que hacia el 2732 antes de nuestra era, un emperador llamado Shen Nung se encontró con un monje solitario que se dedicaba a las artes esotéricas. Éste era capaz de leer el futuro en las nubes, y hablar con los pájaros y las plantas. Lo más asombroso de este monje es que aseguraba tener más de 150 años, y pese a su ancianidad tenía un espíritu muy joven. Cuando el emperador le preguntó al monje acerca del secreto de su juventud, éste le ofreció una infusión, luego de asegurarle que ese era su secreto. Dicen que a partir de ese día el se té difundió por todo el Imperio. Otra historia, dice que el té nace por casualidad, por una medida de higiene. Una ley promulgada por el emperador obligaba a hervir el agua antes de ser ingerida, para así eliminar todas sus impurezas. Parece que un día, el emperador descansaba bajo la sombra de un arbusto de té, mientras que su sirviente se dedicaba a hervir agua, de repente, tal vez llevada por una brisa algunas hojas de ese arbusto cayeron dentro de la vasija, el agua tomó un tono verdoso, el emperador hizo probar esa infusión al sirviente, quien advierte que tiene un sabor agradable.

A pesar que pareciera que el té pertenece a los ingleses, por aquella vieja tradición en la cual las damas de la sociedad se reunían a tornar el té a las cinco en punto de la tarde, costumbre que perduró en el tiempo, su verdadera patente pertenece a los chinos. Además de ser utilizada como una bebida relajante y agradable, para calmar la sed y el espíritu, existe un tratado de medicina, que pertenece al siglo III antes de cristo, donde aparece el té como componente curativo. Su consumo estaba reservado a las clases altas, y las bajas solo lo usaban bajo prescripción médica.
El sabio Lu Yu, en el Sigo VII, escribió una obra llamada Libro sagrado del té, donde cuenta la relación profunda entre esta bebida, el Taoismo y la filosofía Zen. Para este sabio la ceremonia del té refleja la armonía y orden que debe estar en todos las cosas que existen. Luego en conjunto con otros monjes crearon un modo de meditación basada en las ceremonias del té.
La Ceremonia del té es casi mágica y está cargada de simbolismo. Cuando el maestro de ceremonia o Chajin, invita a tomar el té a su casa es el momento en el que empieza el ritual. Lo que se pretende es compartir en armonía la energía y la excusa perfecta es el té. Los convocados son recibidos en el vestíbulo llamado Machiai, luego a través de una galería o Roji son conducidos a un lugar donde se lavan las manos y la boca. A continuación entran en el salón de té, llamado Sukiya. En este lugar el maestro ocupa el lugar preferencial, siendo él quien prepara el té, luego de servirlo en las tazas lo reparte respetando categorías, primero los ancianos, luego los amigos. Durante esta ceremonia no se permiten ni críticas, ni problemas, ni discusiones, la conversación debe ser armónica donde reine el amor y la paz entre los reunidos.
Su gran popularidad hizo que los cultivos de té aumentaran y así éste se convirtió en una de las bebidas más populares de la China, donde hasta mediados del Siglo XV solo se consumía té verde.

Las hojas con las que se preparaba el té eran vaporizadas primero, para así purificarlas, y luego se hervían. Además, los chinos preparaban un dulce de té, luego de vaporizar las hojas, las machacaban y las mezclaban con pasta de ciruela, luego la horneaban en forma de pastilla. En un primer momento las consumían como pastillas, más tarde las dejaban secar para luego colocarlas en agua hirviendo de modo que obtenían una agradable infusión. Los monjes que llevaron el té a Japón, habían descubierto que esta infusión de hojas verdes, además de ser una saludable bebida para el cuerpo, el espíritu y la mente, les servía para realizar ceremonias de meditación y de recogimiento.
Con el tiempo el té se expandió a Occidente. En otros lugares, como en el mundo árabe, se preparaban infusiones pero, no con hojas de té sino con hojas de menta, que aún se usa en nuestros días.

Si bien el té de menta se toma en cualquier momento, se lo usaba para agasajar a los visitantes en el desierto.
A Europa llega a través de comerciantes de origen holandés y portugués. Pero es recién a partir del Sigo XVII que las infusiones de té se establecen con gran fuerza Europa, sobre todo en la clase alta, que marcaba una de las tantas diferencias con la plebe. Si bien hay más de 2500 variedades, las variedades básicas son: blanca, debido a su escasa producción es uno de los más caros. Sri Lanka y China son los mayores productores. Su infusión es de color rojiza pálida.
Se recolectan las yemas de las plantas antes que se abran, después para que se evaporen se dejan marchitar, para luego dejarlas secar. Sin fermentar, en este caso se dejan secar las hojas, luego se las somete a un proceso de vaporización para que la hoja no se descomponga al fermentarse. Después se ponen a secar al fuego. Semi fermentado, es el té verde y el té negro.
Acá los tiernos brotes se dejan secar al aire libre para favorecer la fermentación por la descomposición. Después las hojas se ponen en una habitación cerrada desparramas durante aproximadamente 8 horas. Finalmente se secan a fuego y se envasan. Fermentado, en primer lugar se deja marchitar la hoja, luego se enrolla, se fermenta y al final se tritura y se envasa. Con estos se obtiene un muy aromático té negro. Además de las infusiones de hojas de té, existen otras muy agradables como de menta, se utilizan las hojas, da vitalidad, estimula el apetito y es muy útil contra las flatulencias. De manzanilla, se utilizan las flores de la planta de manzanilla y se consume después de las comidas o en caso de sufrir de vómitos.
De valeriana, tiene efectos sedantes, es ideal contra el insomnio, el estrés, el nerviosismo y la ansiedad.
De poleo, se usan las hojas de esa planta, es muy beneficiosa en los problemas gastrointestinales, cuando hay ausencia de apetito, estimulándolo. De tila, se utilizan sus flores y su corteza.

Es ideal para consumirlo antes de ir a dormir, ya que es sedante, calma el sistema nervioso, el insomnio y la irritabilidad. Es también diurética.