El muro de la timidez




Este es uno de los trastornos más comunes de la población, ya que existe un gran porcentaje de ella que sufre sentimientos de angustia o soledad ante el entorno en el que vive. Como generalmente es muy difícil admitir y reconocer que se sufre de timidez, se la esconde debajo de actitudes como modestia, independencia, reserva.

Es importante tener en cuenta que no todas aquellas personas que son solitarios y que prefieren permanecer solos durante mucho tiempo son necesariamente tímidas, mientras que otras que manifiestan una gran sociabilidad suelen esconder un problema de timidez.

Solo podemos afirmar que se es tímido luego de un profundo análisis que nos permite descubrir que no nos podemos conectar con los demás por temor al rechazo.

Una persona tímida sufre fuertes sentimientos de angustia y de tristeza luego de hablar con una persona, principalmente de sexo opuesto, por primera vez, le cuesta entablar conversaciones con personas desconocidas, siente gran incomodidad cuando se encuentra dentro de un grupo, se sienten generalmente culpables de todas las relaciones que no funcionen, destruyendo la autoestima y sumergiéndose en el aislamiento total, sufren una serie de trastornos físicos desde taquicardia, respiración agitada, tensión, hasta temblores y náuseas por miedo a no agradar o a caer en ridículo, todo esto provoca la reducción de capacidades y de la autoconfianza.

En importante pedir ayuda o recurrir a terapias alternativas para superar la timidez, pues ésta camina junto a la depresión. Para superar la timidez se debe cambiar la manera de relacionarse, poniendo todo nuestro esfuerzo y energía para entablar nuevas relaciones, dejando atrás los miedos, las especulaciones, la culpa, tomando conciencia que más allá de los resultados, todos alguna vez fracasamos, es siempre muy interesante conocer gente nueva.

No se debe tapar la timidez con actitudes vanidosas que hacen que se muestre lo que en realidad no se es. Hay que tener en cuenta que todos cometemos errores y que la gente no se pasa juzgando a los otros. El fracaso de los vínculos, no siempre son por nuestra causa, depende del esfuerzo, del factor suerte y de la dificultad de la meta.

Desterrar la timidez no es fácil, se necesita esfuerzo y voluntad para superar los miedos. Se podrán obtener resultados satisfactorios evitando desanimarse ante los fracasos transitorios.

Autora: Marcela E. Diaz para © consultacartas.com

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