Esta carta, como todos los dos, representa la dualidad
de su simbología.
La sorpresa a la que hace referencia, tiene que ver
con el apoyo incondicional y la fidelidad de los amigos,
que inesperadamente acudirán a socorrernos.
O bien, con la enemistad de conocidos que presentándose
de improviso nos acarrean consecuencias en situaciones
no pensadas. La imagen de las dos espadas desenvainadas
y cruzadas, nos advierte sobre una lucha que desgasta
la mente provocando un intenso dolor y muchas lágrimas.
Dependiendo de las cartas que acompañen la
tirada, la sorpresa nos resultará agradable
o desdichada. Estando invertida muestra un posible
engaño, alguien con dos caras que intentará
lastimarnos por venganza.