La experiencia primal no es una catarsis emocional o una descarga emocional, ya que esto solo ayuda a disminuir temporalmente una tensión. La terapia primal, además de sanar los problemas psicológicos, provoca sorprendentes cambios en innumerables problemas fisiológicos. En esta terapia se considera que la causa principal de los problemas de las personas, es la no resolución de los dolores inconscientes. La tensión es la forma en que se presenta el dolor primal, y recién cuando hay un desborde de los mecanismos de control es cuando la persona se concientiza de ello. La tensión podría decirse que es una expresión dominada de las fuerzas del nivel inconsciente, que estando en una permanente emergencia, coaccionan para lograr el desborde de nuestro control y así, volver a establecer la armonía emocional perdida, de esta manera se logra llegar a lo que se llama equilibrio original. Es así como nuestro inconsciente no solamente funcionaría como una grabadora de experiencias, sino que almacenaría todas las tensiones emocionales y físicas que pertenecen a nuestro pasado. Lo cierto es que estas tensiones se viven como algo que está sucediendo en el presente, debido a que al estar unidas a nuestra memoria inconsciente se activan ante los hechos que ocurren en el presente.
No somos capaces de conocer su origen verdadero, ya que sus orígenes está dentro del inconsciente, y cuando se disparan se consideran a las personas o sucesos las causante principales, pero esa no es la realidad, solo son como un detonante de la causa verdadera. La tensión desaparece cuando la persona se concientiza de la causa original que se encuentra atrás de las fuerzas ocultas, dejando así de ser inconscientes. No siempre es necesaria la intervención de un terapeuta o un psicólogo para la interpretación de los sucesos del pasado, porque cuando se revive realmente el pasado y cuando se vuelven conscientes los recuerdos y emociones inconscientes, todas las emociones sepultadas con anterioridad asoman al individuo de forma natural. La terapia primal, a diferencia de la mayoría de las terapias, se ocupa de los problemas de transferencia y de los traumas del nacimiento, llamados traumas no verbales, sin ningún tipo de inconveniente. La persona debe aceptar la realidad de los descubrimientos que esta haciendo, y que son nuevos para ella, durante este período la labor del terapeuta primal es fundamental, ya que será quien animará a la persona a lograr esa aceptación. Cada individuo debe desconectar y sepultar todas aquellas inmensas y prolongadas experiencias dolorosas que han experimentado durante la infancia. También debe aprender, que el origen de la mayor parte de sus trastornos fisiológicos y psicológicos tienen su origen en esos recuerdos olvidados y sus propias tensiones. El individuo debe comprender que cuando construye muros para refrenar el dolor, hace que además de disminuir su sensibilidad a sentimientos y sensaciones dolorosas, reduzca su capacidad de gozar de las sensaciones y de los sentimientos agradables. Cada individuo entiende el procedimiento que tuvo que seguir para poder sobrevivir, anestesiando de alguna manera al dolor, y recupera la consideración por sí misma cuando, progresivamente, confronta a ese antiguo dolor. La capacidad de sentir de forma cercana y afectuosa a la vida misma y la adquisición de una mayor compasión por los otros proviene de la compasión de sí misma. Los especialistas, en su mayoría, le dan valor a esa descarga emocional que resulta de conectar y de sentir las recientes experiencias traumáticas, como la de expresar el dolor por intermedio del llanto, ante la perdida de un ser querido, esa descarga hace que la persona disminuya esencialmente el nivel de tensión. Sabemos que en el inconsciente se mantiene los ya olvidados traumas viejos y que generan un altísimo grado de tensión, dándole un gran poder a los impulsos emocionales, pero, al conectarse con el pasado y descargar esa tensión emocional, se produce una disminución casi completa o una desaparición definitiva de esos impulsos emocionales. Todas las sensaciones placenteras y notablemente profundas que llenan la vida son posibles solo cuando hayan sido comprendidas, sentidas e integradas todas las fuerzas del inconciente a nuestro propio consciente.
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