En el elemento Aire cohabitan seres mágicos al igual que en el Agua y la Tierra. Podemos sentirlos si agudizamos nuestras percepciones y nos detenemos en nuestro espíritu, hacia nuestro interior. Estos seres proveen de energía al universo y le otorgan nuevas dimensiones de color y de magia. Los seres que lo habitan por excelencia el espacio aéreo son las Silfides, criaturas semihumanas de gran belleza, emparentadas con las dríadas y las ninfas. Las Sílfides, son las más fuertes y las que lideran a los demás seres de este elemento. Ellas controlan los vientos, ya que son elementales más grandes del Aire; a los silfos; a los geniecillos de las tormentas y por supuesto, a las hadas, quienes gozan de una popularidad enorme. Existe una gran variedad de estos seres revoloteando a nuestro alrededor, pero tienen la capacidad de hacerse invisibles a su antojo por eso es que no podemos verlos. Son casi humanos no por su aspecto físico sino porque tienen cualidades internas parecidas. Pueden ser buenos o malos, y como tales suelen enojarse con facilidad, por lo cual es conveniente manejarse con prudencia y tacto a la hora de hablar de ellos o de atacar su elemento vital. Tienen una especial aversión contra quienes habitan ciudades contaminadas y llenas de polución ya que ellos se nutren y respiran de los gases naturales de la tierra. Por otra parte, algunos prefieren el contacto con el hombre, a pesar de todo, porque es un ser del elemento Tierra, y a ellos les encanta complementarse y enriquecerse. Aunque son habitualmente escurridizos, suelen habitar el interior de algunos árboles o las copas de especies de gigantescas alturas que son su ámbito favorito. Pero principalmente son habitantes del Aire y de lugares abiertos. Las criaturas del elemento Aire se caracterizan por su afinidad con el amanecer, la estación de la primavera, los metales como el cobre y el estaño y la energía proyectiva. Entre las características generales de estas criaturas se encuentra la de poseer un Santo; San Cristóbal. En esta pertenencia al santo muestran sus virtudes y buenas cualidades ya que lo toman como modelo y representación. Algunos se mantienen rebeldes y no acompañan estas buenas acciones. Por el contrario, incitan y llaman al conflicto a todas las criaturas que habitan el mismo elemento.
¿CÓMO SON LAS SILFIDES?
Acerca del aspecto físico que tienen las sílfides existen innumerables versiones desde los más remotos tiempos. A lo largo de la historia, el hombre ha representado estos seres alados y mágicos de muy diversa manera. Sin embargo, existen coincidencias claras que permiten determinar un perfil lo más aproximado posible ya que estas traviesas criaturas se dejan ver a su antojo y le han concedido a muy pocos el privilegio de encontrarse con ellas. Físicamente, una sílfide tiene la apariencia de una elfa o una humana, muy bella y de rasgos delicados. Tienen cabellos largos, muy parecidos al de las humanas. Su cuerpo etéreo es transparente y con manchas iridiscentes pero su principal rasgo son sus alas de libélula que le proporcionan un aspecto fantástico cuando aparecen y la capacidad de elevarse moviéndose ágilmente en las alturas. Se comunican entre ellas utilizando un lenguaje musical propio del elemento Aire y de los demás seres que lo habitan. Son seres neutrales, de carácter amigable. Mantienen el aspecto juvenil durante toda su vida. Las sílfides habitan en las alturas, ya sea en las montañas o en las copas de altos árboles. Rara vez se las ve en tierra firme, pero quienes las han avistado afirman que construyen sus nidos individuales en las laderas de las montañas, o tallados en los árboles. Las sílfides tienen la capacidad de levitar innatamente. Su ágil vuelo es comparable al de pocos seres. Puede volar y moverse libremente, las alas sólo le sirven para tomar impulso. Sin embargo, esta capacidad de levitar es de carácter mágico. Su punto débil radica en esta condición ya que si se les lanza un conjuro anti magia no pueden volar. Las sílfides tienen otras muchas habilidades mágicas, como la de hacerse visible o invisible a voluntad, y la de invocar elementales del aire. En la antigüedad, se sostenía que las sílfides pueden tener descendencia con humanos o elfos, obviamente todo eso es leyenda. Su manera de reproducirse es muy particular y única en el mundo mágico. Una especie de delicada perla es la que da a luz a estos seres maravillosos. Una vez que la sílfide deposita un único huevo perlino, invoca a un elemental del aire para que proteja y dé calor al huevo hasta el momento de su eclosión. Las pequeñas sílfides tienen el aspecto de una niña humana, pero con dos pequeñas alitas.
Existe un período necesario para comenzar a tomar el aspecto real, las pequeñas sílfides pueden alcanzar el ágil vuelo a partir de los 10 años de estar materializadas.
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