Existen numerosos rituales que provienen de la antigüedad y que han servido, hasta los días de hoy para paliar los efectos devastadores de la envidia. Uno de los rituales practicados en épocas medievales, de origen Celta, es la queimada.
Se lo usa principalmente, para curar el mal de ojo, alejar maleficios y cualquier tipo de daño hecho a una persona. Para la queimada necesitamos: una olla de hierro o de cobre; un cucharón de madera; una fogata; aguardiente, medio litro; una pizca de ruda macho y una pizca de ruda hembra; siete cucharadas de miel. La queimada se debe realizar al aire libre, donde se preparará una fogata, en la cual se colocará el caldero con el aguardiente, los dos tipos de rudas, y la miel. Mientras se cocina este preparado, se pedirá que el fuego de esta queimada se lleve todos los males. Que todo embrujamiento y todo tipo de males se quemen en el aguardiente y que así, se espanten todos los espíritus malignos que se han apoderado de nuestros amigos. Luego cuando rompa el hervor, se debe retirar la olla del fuego. Una vez que se haya enfriado se beberá una porción del líquido, que se sacará con el cucharón. Finalmente, alejándose cuidadosamente, se arrojará al fuego el resto del líquido, para que de ese modo se aleje todo el mal. En la milenaria cultura china se usa el método de los ocho dragones, para cuidarse de la envidia y de cualquier mal que nos pueda estar acechando. Para realizar este ritual debemos conseguir ocho figuras de dragones de distintos colores. Estas figuras se pueden recortar de libros o bien se los puede dibujar en cartulina, que luego se recortarán.
Lo importante es que deben ser de color negro, celeste, anaranjado, amarillo, marrón, verde, azul y violeta. Necesitamos también cartón rectangular o papel liso dividido en partes iguales, donde se pegarán los dragones. Una piedra que deberá ser lavada, fregándola enérgicamente con agua y sal, para luego dejarla escurrir sola. Luego se deberá distribuir los dragones por el piso y sentándonos delante de ellos, se arrojará la piedra. Sabremos los peligros a los cuales nos enfrentamos según el dragón en la que caiga. El dragón negro, nos muestra que estamos ante una situación de riesgo, en donde habrá un enfrentamiento con una persona cercana. Permitirá esta alerta para poder mitigar las consecuencias y así aminorar los daños. Debemos cuidarnos sobre todo de la envidia.
El dragón celeste, muestra el peligro que corre algo muy importante para nosotros. Debemos adquirir las fuerzas necesarias para enfrentar esta situación. Actuando con astucia e inteligencia podremos vencer las discusiones y los desengaños. El dragón anaranjado, este nos esta indicando que estamos agrandando los contratiempos que nos amenazan, los problemas no son reales pertenecen a nuestros propios temores.
Tomando conciencia de esta situación, podremos relajarnos y así se lograremos pasar el mal momento. El dragón amarillo, si la piedra cae en este dragón, debemos estar tranquilos, ya que estamos protegidos de todo mal. Tenemos que disfrutar de esta excelente etapa de quietud por la que estamos pasando, y desechar cualquier situación que nos atormente.
El dragón marrón, en este caso hay que comenzar a prestarle atención a las molestias o los pequeños dolores físicos, ya que los problemas de salud tienden a complicarse. Además de comenzar con la consulta al médico y con algunos análisis clínicos, será necesario curar el mal de ojo, que puede ser un causante del malestar. El dragón verde, representa las fuerzas cósmicas del universo, por lo que si estamos preparados par realizar algún viaje tenemos que prestarle atención a cualquier fenómeno natural que pueda desarrollarse. La atención y los recaudos a tener en cuenta es lo más importante, ante una mala jugada del destino. El dragón azul, simboliza lo impredecible, los peligros ocultos, los enemigos desconocidos que están dando vueltas a nuestro alrededor y que pueden presentarse en el momento menos pensado. Nos pide que prestemos mucha atención, ya que estando bien parados se puede soportar mejor cualquier golpe.
El dragón violeta, este dragón nos proporciona tranquilidad, ya que nos muestra la finalización de una etapa y la eliminación de las barreras que se han presentado en nuestro camino. Se presentarán un sin fin de oportunidades, pero debemos estar atentos, porque sabemos que cuando mejor nos va, más posibilidades tenemos de que nos envidien.
Es importante tener cuidado con el ojo por ojo, porque cuando nos limpiamos de la envidia, no debemos desear el mal a quien nos ha hecho daño, ya que no sabemos el poder que tiene, la persona envidiosa. Si pretendemos enviar al otro, esa energía negativa corremos el riesgo de que nos rebote, y nos veamos envueltos en esa misma red que hemos arrojado. Es conveniente pedir a dios que perdone al pecador y que nos libere de todo mal, cada mañana y cada noche.
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