Existen numerosos sistemas de meditación, y son muchos los que consideran que ésta tiene efectos curativos, sobre todo en el Occidente donde cada vez está adquiriendo más fuerza. Muchos aseguran que tras meditar, sienten una mejoría física y mental. No existe un acuerdo para definir lo que es en realidad la meditación, ya que son numerosas las corrientes, las religiones y tendencias que utilizan esta práctica. En términos generales se puede decir que la meditación se basa en dejar actuar a los pensamientos en nuestra mente, sin interferir en ellos, lo que no significa poner la mente en blanco. Es así que nos convertimos en espectadores de todo lo que se desarrolla en nuestra mente, por lo que cuando meditamos podemos poner distancia a un problema, pudiendo de esta manera solucionarlos. Algunas corrientes determinan que la meditación es un simple ejercicio de relajación, otras en cambio, consideran a la meditación como un simple pensar en nada y otras, como la manera de obligar al cerebro a desechar los pensamientos para poder concentrarse en uno determinado.
Muchos consideran que la meditación sirve para desarrollar el poder mental, el intelecto, la capacidad de concentración y del espíritu. También hay corrientes que la consideran como una herramienta muy útil para eliminar el ego, los tabúes o los valores falsos que el ser humano acumula durante su vida, sobre todo en mundo occidental. La meditación llego a Europa relativamente tarde, ya que en Oriente se viene utilizando desde hace mucho tiempo atrás. Los especialistas en teosofía y en esoterismo incluyen, allá por el siglo XIX, como método para entender la existencia, a la meditación. Hay que tener en cuenta que ya el hinduismo, el budismo y hasta el zen, utilizaban, para potenciar el ser y su conexión con lo divino, las técnicas de meditación.
Los especialistas en estas técnicas aseguran que si dedicáramos solamente 20 minutos por día a la meditación, lograríamos vivir en equilibrio con nuestro entorno, logrando también ser más felices. Si bien la meditación no sana, podemos considerar que puede activar el flujo sanguíneo, debido a que la respiración pausada que se usa en la meditación, permite que la sangre circule por todo su cuerpo, y que ésta a su vez oxigene el cerebro. También por medio de una postura natural y cómoda, que se utiliza en la meditación, se puede obtener una relajación del organismo, eliminando en solo 15 minutos, todas las tensiones que pudimos acumular durante el día. Otro efecto es calmar las emociones negativas como la ira, los celos, la venganza, todos los sentimientos negativos, además de que meditando regularmente se pueden eliminar con mayor facilidad todos estos aspectos adversos.
También la meditación potencia nuestra creatividad, de tal manera que se pueden ver las cosas de manera clara y directa. Es como si al momento de enfrentarse a un problema nuestra mente adquiriera más armonía y un mejor estado constructivo para solucionarlo. Está demostrado además que la meditación, crea sueños lúcidos, permite el desarrollo de capacidades psíquicas, por ejemplo la visualización creativa o la telepatía y aumenta la capacidad de intuición. La meditación a diferencia de la oración, no necesita de la existencia de un dios o de una divinidad como responsable de la existencia. No es necesario en la meditación utilizar ruegos ni plegarias.
En la meditación se trata de relajar el cuerpo y de concentrarse, para que la mente encuentre el equilibrio con la energía universal. Por esto la meditación no es una manera de rezar, sino que es un ejercicio mental. Lo que debemos considerar es que en algunos casos, genera los algunos efectos similares como, la paz espiritual, la reducción del estrés y hace que comencemos a ver la vida desde un ángulo más constructivo y más creativo. Existen numerosos ejercicios de meditación, uno de los mas sencillos es el detallamos a continuación. En primer lugar debemos sentarnos cómodamente pero sin reclinarnos demasiado para evitar dormirnos, luego debemos cerrar los ojos, y comenzar a respirar pausadamente de forma rítmica, prestando mucha atención a nuestro cuerpo, yendo desde los pies hasta la cabeza.
A continuación iremos relajando nuestro cuerpo poco a poco y secuencialmente, primeros los pies, la piernas y así hasta llegar a la cabeza. Debemos empezar a escuchar todos los sonidos que hay a nuestro alrededor, imaginando que estos entra en nuestro interior. Luego es necesario que con ayuda de nuestra imaginación, la mente se expanda de manera< tal, que todo lo que sentimos ya no se encuentra ni en nuestro cuerpo ni en nuestra cabeza, sino que esta alrededor nuestro. A continuación debemos imaginar que los sonidos vuelan por nuestra mente, al igual que el pensamiento. Ambos van y vienen, debemos dejarlos que se muevan de un lado al otro, sin preocuparnos.
Debemos observarlos, no debemos ni alentarlos ni evitarlos, solo tenemos que verlos pasar. Luego de unos minutos debemos llevar a nuestra mente la imagen de la persona a la que deseamos ayudar. Aparecerán nuevos pensamientos, en cuanto podamos sentir y visualizar el amor hacia esa persona.
Es necesario dejar crecer en nuestro interior el sentimiento de amor para luego permitir que se expanda hacia el entorno que nos rodea. Debemos tomar conciencia que estamos creando amor y que queremos desparramarlo en el mundo. Cuando ya llegamos a este punto, es necesario darle una dirección a este amor, puede canalizarse como deseos de paz, de sanación, de amor al mundo, etc. Luego de unos tres o cuatro minutos, comenzaremos a realizar una respiración profunda a medida que vamos abriendo los ojos lentamente. Una vez abiertos, podemos disfrutar unos minutos de este estadio para después volver a la normalidad.
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