Hurgando en los sueños

Es necesario prestarle atención a los sueños. Hay personas que esperan recibir consejos y avisos de sus sueños, mientras que otros quieren descubrir las posibilidades del futuro y reconocer los deseos no realizados. Los sueños puede ser el reflejo de los temores y los lados oscuros de la personalidad y también, pueden ayudar a conectarse con la inspiración más elevada. Guardan todos los tiempos, pasado, presente y futuro, y nos otorgan ciertas claves que nos ayudan a entender la vida. A veces, les concedemos poca importancia, y con el apuro por levantarnos o por los problemas cotidianos, no recordamos las imágenes soñadas y otras veces se diluyen lentamente. Esto hace perder las importantes oportunidades para conocernos más y conocer todo lo que nos rodea. Para lograr la conexión entre el cociente y el subconsciente, y encontrar las soluciones y respuestas en los sueños, existen una serie de pautas y ejercicio que nos pueden ayudar.

Todas las personas sueñan, esto es indiscutible, durante seis u ocho horas de un descanso nocturno, se producen por lo menos cinco ciclos de sueños distintos. A veces, aún creyendo que no se ha soñado lo hemos hecho, lo que ocurre es que no lo recordamos. La primera traba para sacarle provecho a los sueños, es la falta de recuerdo. Comenzar con una sencilla relajación antes de dormir, es un ejercicio muy efectivo. Solo basta con mantener una tranquila respiración a ritmo y de manera conciente, es necesario dejar vagar el pensamiento mientras se centra la atención en una inspiración profunda y suave, acompañada por una expulsión de aire también suave y profundo, a la vez que sentimos como el cuerpo se relaja. Cuando ya sentimos que todas las partes de nuestro cuerpo están relajadas, pensamos es un número de dos dígitos, por ejemplo el número 30, dentro de un círculo. Luego de visualizar este número durante un momento, lo borramos de nuestra mente para dejar paso a la consigna que deseamos, como por ejemplo ese deseo de recordar lo que soñamos. Después repetiremos el proceso, pensando en el número 29 (un dígito menos que el número pensado anteriormente), luego de un momento se borra el número para dejar lugar a otro mensaje, así se continuará descendiendo de a uno los números, reemplazándolos por mensajes, lo ideal es quedarse dormido cuando se llega al número 8 o al número 7.
A la mañana, al levantarnos, lo más probable es que recordemos un fragmento de sueño o algún sueño, aunque sea corto, seguidamente, para que quede gravado en nuestra memoria, debemos anotarlo.

Se debe hacer este ejercicio por lo menos durante una semana, recordando cada noche, antes de empezar con la cuenta hacia atrás de números, lo que se soñó la noche anterior. Cuando se estimula el mecanismo de los sueños, pronto serán evidentes los resultados y se podrá recordar de modo natural lo soñado. Lo ideal es despertarse diez o quince minutos antes de lo normal, para poder anotar los sueños.

Se puede realizar otro ejercicio para obtener respuestas de los sueños. Primero, debemos tener claro lo que se desea, para poder formular la pregunta de manera clara y concreta. A pesar que todos tenemos curiosidad por el futuro, por encontrar soluciones o cumplir nuestro deseo, es importante concentrarnos en lo que realmente nos preocupa, hay que recordar que tanto la emoción como el sentimiento es lo que nos ofrece una muy buena conexión con el inconciente. Una vez clara la pregunta, se escribirá en un papel que dejaremos debajo de la almohada, pensando positivamente en obtener las respuestas, que vendrán por intermedio del sueño y guiadas probablemente por seres especiales.

Al despertar, una vez que se tomo conciencia de lo que se ha soñado, conviene quedarse quieto e intentar recordar el sueño, aunque en un principio parezca confuso, poco a poco ser ira aclarando, pues quedarán gravados en la memoria conciente, para luego poder ser interpretados. Una vez que se puedan aclarar los sueños, todo resultará más sencillo, y se podrán ampliar los temas a preguntar. Se pueden encarar temas concretos o globales, se puede, por ejemplo, pedir orientación y mensajes sobre lo que se puede o debe hacer. Hay que tener en cuenta que si se ha tenido un día cargado de estrés o problemas, incluido discusiones o malestares, no se debe realizar este ejercicio, primero hay que desechar todos los pensamientos negativos.
Los sueños nos ofrecen, por intermedio de las personas y situaciones relacionadas con él, las respuestas de lo que hemos preguntado, las cuales a veces son claras pero otras, se hacen difíciles de asociar y de descubrir. Cuando las respuestas no son claras, lo importante es darle importancia a las sensaciones que se sienten mientras estamos durmiendo o cuando ya hemos despertado, ya que si son agradables o desagradables, estas sensaciones, nos darán la respuesta positiva o negativa que necesitamos. Es así, que cuando tenemos un sueño placentero que nos transmite paz, esta determinando una respuesta positiva, llena de esperanzas, para encontrar la solución a las dificultades. La respuesta será negativa, cuando las situaciones son absurdas y generalmente provocadas por otras personas, es ese sueño que termina siendo agobiante. Debemos tener en cuenta que los sueños siempre se pueden comprender, aunque aparentemente nos resulten disparatados, siempre es simbólico y podemos, mediante un análisis profundo de lo más destacado, desentrañarlo.
Se pueden programar algunos sueños, como los sueños de persecución o huida. Estos sueños involucran miedos ocultos, como la timidez o inseguridad. Cuando estos son recurrentes, antes de dormir, podemos repetir afirmaciones tales como, quiero conocer a mis enemigos y enfrentarlos cara a cara. Es así como durante este sueño, en el que solemos correr o escaparnos de quienes nos persiguen, debemos tomar la decisión de pararnos, sabiendo que no puede haber daño físico, y enfrentar a quienes nos persiguen. Cuando los sueños están relacionados con fobias o traumas emocionales, tenemos que pedir, antes de acostarnos, que aparezcan estos sueños y no sentir miedo. Reviviendo también los sueños traumáticos, como accidentes o shock emocional, podemos superarlos.

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