Instrumentos mágicos: simbolización de los elementos

El elemento Fuego: está representado por los candelabros. Estos deben ser fabricados de cobre o bronce, con forma cilíndrica; el cubo hueco donde se introduce la vela debe tener un diámetro de 23 milímetros.
Siempre debemos tener dos candelabros, para representar la dualidad presente en la esencia de todas las cosas. Deben ser nuevos, es decir, no haber sido utilizados por otras personas ni para otros fines, excepto que provengan de un templo religioso.
Según la mitología, corresponden a la lámpara de Hermes Trismegisto y nos hablan de la razón esclarecida por la Ciencia, bajo la forma del estudio para conseguir que nos ilumine como un faro simbólico.
La luz de los candelabros ilumina el pasado, el presente y el futuro y nos permite caminar entre las tinieblas.

El elemento Tierra: está representado por una caja llena de tierra, el principio fundamental al cual todo retorna al final de su ciclo.
La tierra debe ser escogida de un sepulcro antiguo, tomada con nuestras propias manos del sector en que se supone está la cabecera del féretro y que no sea pisado por los visitantes, en horas de la medianoche o al mediodía si no es posible a esa hora. La explicación es que el suelo, en estos lugares, a través de los años, se va cargando de fluidos psíquicos y vibraciones astrales.

El elemento Aire está representado por el sahumador, símbolo de la purificación en general y la respiración. El sahumador debe ser bastante grande, de unos 12 cm. de diámetro, fabricado en cobre, bronce o latón, perforado con unos orificios de uno o dos mm. de diámetro para favorecer la combustión, lo mismo que la colocación de una placa metálica en el interior que mantenga separado el combustible del fondo, y se utilizará carbón vegetal.

El elemento Agua: está representado por una esfera o copa de cristal llena de agua; es el fin de todas las cosas y su signo es la letra griega Omega.
La copa o bola de cristal debe ser del tamaño de las que se emplean para jugar a las bochas; debe ser de cristal puro, blanco o transparente, y puede ser lisa o tallada. El agua que se utilice debe ser pura, obtenida de un arroyo o pozo. Si utilizamos una bola, que es más ventajosa respecto de la copa, nos procuraremos una de un diámetro de 8 cm aproximadamente, que apoyaremos sobre un zócalo del mismo material con forma de cubeta o copa donde verteremos agua, de manera que la bola quede cubierta aproximadamente por un dedo de agua.

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