El zafiro, una gema saludable

Ya desde la Edad Media esta piedra simbolizaba la serenidad transmitida por el cielo. Hoy es la piedra favorita de los comerciantes, ya que se le otorga el poder de agudizar la mente a la hora de las negociaciones. El color característico de esta piedra se debe a las impurezas de óxido de titanio y de hierro que se encuentran en su composición. Abarca todas las gamas de los azules, del más oscuro al casi negro, hasta el azul más claro. Uno de los más valorados es el azul genciana, cuyo nombre se debe a una flor azul que crece en los pirineos.

Existe una rara especie, el zafiro de Cachemira, que posee un color azul intenso, casi morado, sus impurezas lo hacen parecer a un terciopelo, esta gema expuesta a luz emite destellos muy especiales. Los zafiros que provienen de Sri Lanka, el antiguo Ceilán, poseen un suave aspecto sedoso, con un extraordinario brillo, y su gran transparencia permite percibir las inclusiones de su interior. Uno de los zafiros más raros y más valioso, incluso es más caro que el rubí, es aquel que tiene un color rosa que es tan intenso, que parece rojo, y proviene de Birmania o Sri Lanka.

Los zafiros que tienen su origen en Tailandia o Australia, son de una tonalidad verdosa, y esto se debe a que en su interior alberga simultáneamente bandas azules y amarillas. Pero estas no son la única gama de colores que abarca el zafiro, las hay también de color amoratado, oro, amarillo, liliáceo, anaranjado, de color anaranjado fuerte y también incoloros, cristalinos y brillantes. Una leyenda cuenta que el Arcángel Gabriel, mucho antes del diluvio, le mostró a Noe, un libro sagrado fabricado en purísimo zafiro que contenía todos los misterios y verdades del mundo, y que este libro pasó de generación en generación, hasta llegar a las manos del segundo hijo de David, Salomón el rey de la antigua Israel. Este libro hizo que Salomón no solo sea uno de los más grandes administradores y políticos de la época, sino el más grande de los sabios. Por otra parte, los antiguos persas tenían la creencia de que la coloración del cielo era producto del reflejo de un gigante zafiro azul en el que reposaba la Tierra.

Es así que se dice que la realeza y los gobernantes de esa época usaban zafiros engarzados en sus joyas para protegerse del mal, ya que consideraban que la pureza de ese color azul favorecía las bendiciones y los dones divinos. También se creía que ese profundo azul de los zafiros, facilitaba el establecimiento de la voluntad de los espíritus buenos y facilitaba también las visiones. En los países eslavos, durante la Edad Media, se usaba el zafiro como un gran protector contra el mal de ojos. El zafiro más beneficioso era el que presentaba dentro de su interior una estrella de seis puntas, que es originada por la luz que se refleja en sus inclusiones naturales. Los zafiros también tienen un valor saludable, ya que es un muy buen aliado en los tratamientos de reuma, calambres, hipertensión, ciática, lumbalgia y también para los descontroles emocionales, como la depresión o la ansiedad. El tratamiento consiste en aplicar el zafiro directamente sobre la zona enferma, o beber el agua que a permanecido durante 24 horas con una de estas gemas dentro.

Además el zafiro cuenta con valores emocionales, armoniza el sentido de la realidad y la capacidad mental, promueve la concentración, fortifica el ego y la autoestima, representa la prosperidad y el éxito comercial. Favorece las chakras coronilla y entrecejo. Los zafiros también tienen afinidades astrológicas ya que son muy buenos tanto para los nativos del signo de Acuario, Piscis, Escorpio, Aries y Tauro, así como también para los que hayan nacido durante los meses de abril o septiembre.