El rencor y el perdón

Muchas veces hemos dicho que con todo el mal que nos han hecho jamás perdonaremos o bien que perdonamos pero no olvidamos. Estas frases son comunes a muchas personas, que hasta suenan natural.
Pero se debe tener muy en cuenta que el no perdonar nos puede traer consecuencias muy trágicas en nuestra vida. Para poder evitar sus consecuencias debemos conocer con exactitud que es el perdón y que es el rencor. La palabra perdón deriva del griego, cuyo significado es alterar o cambiar, se puede considerar como una palabra hermosa y espléndida. El perdón nos permite dar por cancelada una deuda que tiene una persona con nosotros, nos da el derecho de modificar y de alterar cualquier cosa que nos ha sucedido. Nos permite liberar al otro de una ofensa aparente o real. Cuando se libera al deudor puede decirse que la deuda ha sido perdonada y la cuenta pendiente que existe con la persona que nos hirió, queda cancelada.
El rencor por otro lado, significa estar dolido por alguna razón con alguien. Con este sentimiento nuestra alma se enferma, porque nuestra vida se impregna de infelicidad y de agresión. Para que exista el perdón son necesarios tres elementos fundamentales la ofensa, que es el dolor que nos ha causado la otra persona y a la cual se nos hace difícil perdonar; el engaño, la traición, la infidelidad, que son los motivos que dan lugar a la deuda misma, a la herida que nos ha quedado en el corazón; por último aparece el pago y la cancelación de esa deuda.
Luego de tener estos tres elementos que son indispensables y que identifican el perdón, debemos tomar la decisión de actuar. Para poder liberarnos del sentimiento que nos mortifica, que se encuentra escondido en nuestro interior debemos sacarlo a la luz, para poder tomar una determinación que nos libere. Si durante nuestra vida hemos atravesado por situaciones que nos han provocado sentimientos negativos y que aún hoy, siguen haciendo estragos en nuestra persona, debemos darles salida, es como abrir la caja donde esta guardado todo lo que nos aflige. Una vez que tomamos la decisión de abrir esa caja nos podremos liberar, y podremos encontrar que es lo que tenemos que perdonar por intermedio del análisis profundo. Es muy beneficioso lograr perdonar, porque el reconciliarse con el que nos ha maltratado, ofendido o que nos ha provocado sentimientos de desdicha, de amargura, de desazón nos otorgará la paz que tanto necesitamos.
Cuando cambiamos esa pena que nos corroe nuestro corazón por un sentimiento de aceptación, podremos incluso sentir compasión por aquel que nos agravió, y así comenzar a experimentar otros sentimientos. Debemos limpiar nuestro corazón de toda amargura y de todo rencor y la mejor manera es no trayendo a nuestra mente las cosas viejas que nos han hecho tanto mal. Debemos desechar la frase de que yo perdono pero no olvido, porque debemos cancelar toda deuda y no permitir que nuestro corazón aloje malos sentimientos que solo nos provocarán perturbación y dolor.
Lo importante es que a través del perdón logramos liberar nuestra alma.

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