A pesar de que la materia etérica no es visible para el ojo humano, esta aporta información al cerebro. Si a una persona le cortan un miembro, durante un tiempo después seguirá sintiendo la sensación de que ese miembro existe en su cuerpo aún. Esto demuestra la existencia de la materia etérica. La persona con su conciencia de ser, su experiencia, es realmente energía. Esta energía no se concentra en el cerebro, sui no que está dispersa por todo el cuerpo. A través de la conciencia las personas se comunican con cada órgano, de ahí que muchas terapias se fundamenten en la comunicación con los órganos del cuerpo que están afectados por alguna enfermedad. Esta energía puede medirse por medio del método llamado fotografía Kirlian. Si realizamos una fotografía Kirlian de la mano de alguien, se mostrará un dibujo de energía.
Si le pedimos a la persona que imagine que está viendo amor en alguien conocido y tomamos una segunda fotografía, se revelarán otros dibujos de energía diferentes. Cuando hay agujeros en zonas concretas del campo de energía, se dice que corresponden a debilidades concretas del cuerpo físico. Esta debilidad queda reflejada en el campo de energía antes de cualquier otra evidencia en el nivel físico. No es el cuerpo físico lo que crea el aura, sino al revés. El aura es el campo energético que rodea nuestro cuerpo y que refleja el estado de equilibrio psicofísico y espiritual de todos los seres vivos. El cuerpo energético puede definirse como un fluido bioenergético de carácter electromagnético que rodea al cuerpo y penetra todas sus células dándole la energía necesaria para la realización de la vida.
La energía vital viene del Sol y la unión de cuatro gases nobles, lo cual da como resultado una energía sutil capaz de producir reacciones químicas que generan vida y que puede actuar en los planos energético y material.
El cuerpo energético mantiene su estructura desde el nacimiento y no cambia aunque el físico sea modificado por la edad. A los seres humanos les son inherentes diferentes tipos de energías:
Cuerpo físico: Es el conjunto de sistemas
complejos que se complementan en armonía, con el objetivo
de que el vehículo tridimensional se manifieste en toda su
plenitud. Este cuerpo está adaptado para vivir en la tercera
dimensión.
Cuerpo Vital: Es la región superior del cuerpo
físico, el que vitaliza y sostiene a este en todas sus funciones.
El cuerpo vital sirve de enlace entre la comunicación de las
energías sutiles y los mandatos del corazón.
Cuerpo Astral: Es el cuerpo de los deseos,
emociones y sentimientos. Este cuerpo se desarrolla en la
quinta dimensión. Este cuerpo es el modelador y conservador
de las formas orgánicas.
Cuerpo Emocional: Su función es expresar
todo el caudal de amor que posee nuestro Yo real. Expresa
por sí solo sensaciones.
Cuerpo Mental: Está constituido por materia mental de color amarillo. Su función es expresar toda la sabiduría que posee nuestro Yo real. Está formado por la acumulación de conocimientos y cultura.
Cuerpo Causal: Es el alma humana, el cuerpo
del alma. Este cuerpo se desarrolla en la sexta dimensión.
Quien posee este cuerpo adquiere el dominio de los cuatro
elementos de la naturaleza, dando al hombre autoindependencia
en sus actitudes.
Cuerpo Institucional: Se encuentra en la
parte superior de la sexta dimensión.
Cuerpo del Íntimo: Es nuestro Padre Interno
que mora en cada uno de nosotros. Es aquello que tiene realidad.
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